Al estilo Liverpool

 

* El precio de una acción de Liverpool es de 143.80 pesos, nada que ver con los 284.84 pesos que valía el 12 de octubre de 2015. En 20 meses perdió el 49.52 por ciento del valor de sus acciones, aunque aseguren que por su éxito han decidido incrementar su plan de inversión y expansión. En esta parte, hacen necesaria la participación del gobierno para que brinde todas las facilidades para privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.

 

Félix Santana Ángeles

Toluca, México; 24 de junio del 2017. Desde su oficina de Comunicación, el 19 de junio de 2017, bajo el folio 36289, el gobierno del Estado de México anunció la construcción de dos retornos vehiculares en Paseo Tollocan, entre las calles de Ignacio Comonfort y Alfredo de Mazo, para mitigar el impacto ambiental, disminuir la saturación vial y reducir los contaminantes de 35 mil autos que circulan todos los días. Con ello, dice el comunicado, permitirá el acceso a vehículos ligeros que vayan con dirección a la Ciudad de México o al centro de Toluca.

Al otro día, decenas de ciudadanos se movilizaron para acampar de manera indefinida sobre el camellón de Paseo Tollocan y evitar el derribo de 100 árboles que se interponen con ese proyecto. Ese mismo día, el gobernador Eruviel Ávila ordenó posponer la construcción, mientras se presenta el proyecto a la sociedad civil en mesas de diálogo, aunque advirtió que la obra no se cancelaría.

El 21 de junio, los secretarios Francisco González Zoyoza y Raúl Vargas Herrera de Infraestructura y Medio Ambiente, respectivamente, presentaron el Plan Integral de Movilidad en Paseo Tollocan. Dijeron que la obra constaría de dos puentes deprimidos, que esperarían una circulación de 400 vehículos por hora y su costo sería de 140 millones de pesos aportados por Grupo Galerías. También argumentaron que aunque se afectarían 200 árboles, se sembrarían al menos 3 mil con lo que combatirían la emisión de 810 mil kilogramos de CO2. Toluca, por otra parte, es la segunda ciudad mexicana con peor calidad del aire, según el ranking de la Organización Mundial de la Salud, publicado en 2016.

Posteriormente, el secretario de Infraestructura entregó el Plan de Movilidad al nuevo rector de la Universidad Autónoma del Estado de México para que, con “rigor científico”, emitiera una opinión y determinar si deberían seguir adelante con la obra. En este punto, resulta simpático encargar un estudio “independiente” a quien ha sido señalado por perseguir a sus opositores políticos como el maestro Fermín Carreño, por expresar que su nombramiento como rector fue impuesto por el gobernador.

La falta de conocimiento en la materia o el abuso de atribuciones por parte de la autoridad exponen a la administración de Eruviel Ávila como improvisada o incapaz de articular un proyecto vial, en este caso vinculado a la inversión de 2 mil 260 millones de pesos que hiciera la empresa mexicana El Puerto de Liverpool. El 9 de marzo de 2014, el entonces secretario de Desarrollo Económico del Edomex, Adrián Fuentes Villalobos, informó que se cumplieron con los dictámenes de impacto ambiental, de protección civil y factibilidad vial, aunque nunca se dieron a conocer públicamente.

De acuerdo con el Programa Anual de Obras 2017, de la Secretaría de Infraestructura y de la Junta de Caminos del Estado de México, los dos retornos vehiculares sobre el Paseo Tollocan no se encuentran registrados. Una explicación la podríamos encontrar en el texto contenido en la página 7 de la Gaceta Ecológica de la Semarnat, del 13 de febrero de 2014: “el proyecto se plantea con la finalidad de tener acceso seguro y eficiente al centro comercial mediante un túnel de acceso que se conectará al sótano del Centro Comercial Galerías Toluca”, es decir, será una obra de alto impacto público pero con beneficio privado, exclusivo para los inversionistas del Grupo Liverpool.

Plaza Galerías Toluca, presidida por Max David y dirigida por Jorge Salgado Martínez, tiene 53 mil metros cuadrados de área de venta y 159 mil metros de área de construcción, ahí aseguran dar empleo a 2 mil 200 mexiquenses; cuenta con nueve almacenes, cuatro centros comerciales y dos centros de distribución donde se emplean a 6 mil 600 mexiquenses. Parece ser un negocio exitoso.

Sin embargo, la calificadora Standard & Poor´s, que sabe de inversiones, declaró el 30 de enero de 2017 que la tienda departamental El Puerto de Liverpool podría tener un 2017 complicado por la calificación de “riesgo crediticio”, y en escala global le asignó BBB+, con perspectiva negativa. La misma calificación le otorgó Fitch Ratings, en julio del año 2016. En esos momentos Liverpool había comprado a la empresa mexicana Suburbia y la chilena Ripleys, el problema es que con altas tasas de interés y la débil economía nacional el riesgo de estabilidad para la empresa es mayor.

Actualmente, el precio de una acción de Liverpool es de 143.80 pesos, nada que ver con los 284.84 pesos que valía el 12 de octubre de 2015. En 20 meses perdió el 49.52 por ciento del valor de sus acciones, aunque aseguren que por su éxito han decidido incrementar su plan de inversión y expansión. En esta parte, hacen necesaria la participación del gobierno para que brinde todas las facilidades para privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.

La cercanía de Eruviel Ávila con el sector empresarial se consuma el 24 de junio de 2017, al contraer nupcias con María Irene Dipp Walther, Directora de Presidencia de Coparmex Nacional y sobrina del actual presidente del mismo organismo Gustavo de Hoyos Walther; un gobernador más que subordina la acción estatal y las necesidades de la sociedad, al servicio de las fuerzas del mercado y a la lógica del consumo y  la competencia.

Los jóvenes en plantón sobre Paseo Tollocan no sólo protegen al centenar de árboles que pretenden derribar, su lucha no se circunscribe sólo a la ciudad de Toluca, por el contrario, su disputa encarna la resistencia a la voracidad capitalista que nos exige poner límites al mercado, a las industrias y al consumo no regulado, factores clave para combatir el cambio climático. Poner límites no significa restringir libertades, sino salvaguardar la dignidad y la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras.

Esta experiencia muestra que las acciones más radicales no se encuentran en la violencia, sino en la determinación, la creatividad, información y disciplina. No resultaría extraño que como medida de presión social, para detener el ecocidio, las energías del movimiento #abrazacemosTollocan se dirigieran en boicot contra de Liverpool como fuente de los problemas, porque ha abusado y coludido con la corrupción burocrática, disfrazada de incompetencia gubernamental.

Al estilo Liverpool

El crimen de siempre

* Aunque la gran prensa le presta poca atención porque el país gobernado por el atlacomulquense Enrique Peña Nieto está a la deriva, las estadísticas sobre el Estado de México se encuentran, aunque uno no las quiera buscar: el 69.5 por ciento de los mexiquenses advierte que la inseguridad es el problema más grave de la entidad, seguido por el desempleo, con el 44.1 por ciento.

 

Francisco Cruz Jiménez

Todo comenzó en nada y todo terminó en nada. A la mitad de la función del circo de tres pistas que montaron Los Pinos y el Vaticano para la visita del papa Francisco, y de los mensajes encriptados que se envían uno y otro, el Estado de México es el mismo de siempre. La visita a Ecatepec ya es historia.

A 18 meses de terminar su gestión como gobernador, a Eruviel Ávila Villegas no lo salva ni la bendición que recibió del Papa: “El Estado de México ocupa el penúltimo lugar en términos de buen gobierno [por] la gran corrupción que ahí impera”, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2015), que levantó el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI).

El modelo de gobierno, si es que hay alguno, ha fallado de principio a fin. El INEGI, organismo del gobierno federal responsable de la captación, procesamiento y difusión de información estadística sobre los mexicanos y su economía, encontró que 91.2 por ciento del total de delitos no se denuncian ante ninguna autoridad.

Con un gobierno preocupado más en la apariencia estética y el maquillaje, la delincuencia en el Estado de México adquirió niveles alarmantes: sólo en 2014 el número de delitos denunciados —apenas ocho por ciento del total— se ubicó en 83 mil 556 contra los 41 mil 665 de la media nacional.

Aunque la gran prensa le presta poca atención porque el país gobernado por el atlacomulquense Enrique Peña Nieto está a la deriva, las estadísticas sobre el Estado de México se encuentran, aunque uno no las quiera buscar: el 69.5 por ciento de los mexiquenses advierte que la inseguridad es el problema más grave de la entidad, seguido por el desempleo, con el 44.1 por ciento.

Enraizado en la impunidad, la corrupción y el cinismo, el gobierno eruvielista esconde que la crisis es de tal magnitud que, a partir de la década de los ochenta, el delito y el crimen —de asalto y extorsión a homicidio, desaparición involuntaria, secuestro, trata de blancas, venta de protección y narcotráfico— aumentaron exponencialmente, a niveles de pandemia.

La impunidad, el cinismo y la corrupción que permean al gobierno se ve reflejada en la encuesta: sólo 15.4 por ciento de los mexiquenses señaló que el narcotráfico es uno de los problemas más graves que afectan al Estado de México; pero, al mismo tiempo, 73.2 por ciento de los encuestados consideró que es inseguro vivir en el Estado de México.

La crisis ha puesto en jaque a las estructuras responsables de investigar, combatir e inhibir el delito porque en la medida que se profundizó la crisis de seguridad y emergió o se consolidó una diversificada e innovadora red de emprendedores del crimen, sólo 28.9 por ciento de los mexiquenses dijo confiar en la policía estatal y un porcentaje similar (28.5) en los agentes del Ministerio Público y la Procuraduría de Justicia.

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se publicó este miércoles 17 de febrero en el periódico El Financiero de la Ciudad de México, da idea del desastre que es el Estado de México con Eruviel y compañía: “ […] Se encuentra entre los peor calificados en seguridad, pobreza o empleo por lo que, en ese rango, una persona que vive en alguno de los estados peor puntuados puede tener una probabilidad más alta de encontrarse en pobreza, cuatro años menos de esperanza de vida… el informe destaca que esta entidad ocupa la posición 32 —el último lugar— en la dimensión de seguridad, ya que presenta el peor desempeño, tanto en la tasa de incidencia delictiva como en la seguridad autorreportada (en el año 2013 la tasa de incidencia delictiva fue de 25 mil 126 delitos por cada 100 mil habitantes y, en 2014, alrededor del 40 por ciento de los habitantes se sentían inseguros en su localidad)”.

La nota de El Financiero es clara: “Las estadísticas más recientes del organismo muestran que la población [mexiquense] con alta marginación pasó de 945 mil a un millón 206 mil personas es ese periodo, es decir, 261 mil ciudadanos más. […] En tanto, las censadas en el rubro de ‘pobreza moderada”’ incrementaron de 6 millones 383 mil a 7 millones 63 mil mexiquenses. Ambas categorías sumadas dan como resultado un total de 8 millones 269 mil pobres en el territorio.

”Las últimas cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en esa entidad, entre 2015 y 2016, indican que el número de mujeres desaparecidas —menores de 18 años— se incrementó a mil 179 casos, y resalta que en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Tecámac se han encontrado a niñas de 12 a 13 años de edad asesinadas.

También ha mostrado la fragilidad de la criminología y la criminalística porque si bien se analiza el origen de la conducta de delincuentes y criminales, es claro que se soslaya el comportamiento dudoso o abiertamente criminal de algunos personajes de la élite política mexiquense, jefes de los criminales. La investigación se ha basado en falsas premisas porque se desdeña la nociva relación del poder con delincuentes y criminales.

Así que nadie ha osado indagar a una clase política anodina e impune y, menos, se ha detenido a elaborar perfiles criminales de personajes de la élite del poder. El sistema de justicia se asienta en una tergiversada y corrupta noción de que los poderosos políticos mexiquenses son infalibles o, de plano, santos.

Sin embargo, hay demasiadas historias que debían servir para documentar cómo se entrelazan intereses de esos políticos, jefes policiales y agentes investigadores con delincuentes y criminales.

Criminólogos y criminalistas tendrían que hacer una revisión del pasado reciente para identificar y estudiar trastornos graves de la personalidad de políticos sospechosos de controlar actividades criminales, si ha de ser realidad un programa real de combate, prevención del delito e identificación de los verdaderos criminales. Mientras esto no ocurra, el trabajo será cojo, incompleto y engañoso.

El crimen de siempre

Compromisos enterrados

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* Más allá de los calificativos que describen con crudeza la realidad en nuestro país, revisar críticamente el desempeño de la burocracia mexiquense resulta poco alentador. Por ejemplo, el 16 de mayo del 2011, al arrancar su campaña por gubernatura del Estado de México, el candidato de la Coalición electoral constituida por el PRI, Nueva Alianza y el Partido Verde, Eruviel Ávila suscribió los primeros diez compromisos que serían parte de los seis mil que firmaría al final. Entonces, ¿qué pasó con ellos?

 

Félix Santana Ángeles

Evaluar el desempeño de las autoridades en turno es una tarea permanente en un país democrático. Sin embargo, como en México no existe la democracia pues tampoco existe una revisión seria de la actuación gubernamental.

Calificado por los propios funcionarios del gobierno priista como un país sui generis, México ha logrado escapar exitosamente de la rendición de cuentas y la transparencia, alimentando alegremente la corrupción y promoviendo la impunidad. Aquí nadie está obligado a ser un funcionario honesto, capaz o eficiente porque basta tener una relación personal, familiar o de complicidad con el grupo gobernante para obtener millonarios ingresos con mediocres resultados al frente de la administración gubernamental.

Pero más allá de los calificativos que describen con crudeza la realidad en nuestro país, revisar críticamente el desempeño de la burocracia mexiquense resulta poco alentador. Por ejemplo, el 16 de mayo del 2011, al arrancar su campaña por gubernatura del Estado de México, el candidato de la Coalición electoral constituida por el PRI, Nueva Alianza y el Partido Verde, Eruviel Ávila suscribió los primeros diez compromisos que serían parte de los seis mil que firmaría al final.

La falta de memoria colectiva inundada por infomerciales y costosas campañas publicitarias han hecho olvidar que el primer compromiso del priista, ratificado durante los debates nocturnos transmitidos por Radio y TV Mexiquense en un horario poco estelar, fue la eliminación de impuestos como el IETU y la tenencia vehicular. Dicho compromiso jamás se cumplió, pues para el nuevo gobernante no mentir implicaría dejar de cobrar 3 mil 500 millones de pesos para el presupuesto estatal. Ese acto de simulación se ejecutó con una sencilla operación legislativa, cuando el diputado del Partido Socialdemócrata, Antonio García Mendoza, respaldado por la mayoría priista, aprobaría la Ley de Ingresos para seguir cobrando la tenencia vehicular.

El segundo compromiso, firmado ante notario público, fue combatir la pobreza y la desigualdad; en este rubro su incapacidad quedó manifiesta con los resultados que publicó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que ubicaron al Estado de México como la entidad que mayor pobreza aporta al país, es decir, 8 millones 317 mil 101 mexiquenses viven en condiciones de pobreza, lo que equivale al 49.6 por ciento de su población total.

El tercer compromiso ofrecía que la educación fuera más barata. Para ello regalaría útiles escolares para estudiantes de primaria y secundaria, asignaría becas de aprovechamiento y duplicaría el número de comedores escolares; evidentemente esta fue una más de sus promesas incumplidas, pues se aprovechó de la necesidad de los padres de familia. Sí, se distribuyeron 3.2 millones de tarjetas de “La Efectiva” para la compra de útiles, zapatos, libros, ropa con validez en 10 mil establecimientos comerciales. Sin embargo, esta entrega caritativa tenía dos serios problemas, por un lado las entregaron para comprar votos a favor del PRI durante el proceso electoral de diputados federales y ayuntamientos en el 2015 y, por otro, el monto de 130 pesos en cada tarjeta resultaba miserable frente a las necesidades de los estudiantes. De pasada se  violentaba, además, el artículo 134 Constitucional y el 449 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales referente al uso de programas sociales.

Duplicar el presupuesto para la seguridad pública fue su tercer compromiso y si bien se han incrementado los recursos sustancialmente en este rubro, no es verdad que se haya duplicado como lo prometió, ya que en el 2012 se aprobaron 5 mil 680 millones 411 mil 443 pesos y tres años después se han asignado 8 mil 357 millones 713 mil 740 pesos. Sin embargo el incremento no ha mejorado los míseros 3 mil pesos que cobran los policías en la zona de Chimalhuacán ni tampoco la seguridad, como lo documentó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que ubica al estado que gasta en grande en los primeros sitios en el conteo anual de secuestros, homicidios y extorsiones. También quedó demostrado que cambiar los logotipos de las patrullas de Agencia de Seguridad Estatal ASE por los de la novedosa Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), tampoco disminuye los robos con violencia y de vehículos, que según el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad ubican al Estado de México en los primeros lugares en denuncias por delitos del fuero común.

Crear empleos y fomentar la inversión se convirtió en la quinta mentira del eruvielismo, porque de acuerdo con las cifras oficiales del INEGI, de los 16 millones de mexiquenses sólo 7 millones tienen trabajo o alguna ocupación, y 5.4 por ciento de la Población Económicamente Activa se encuentra sin empleo, es decir, más de 300 mil personas no tienen garantizado un ingreso familiar permanente. Esta realidad deja ver como ridículas las declaraciones del secretario del Trabajo estatal, Francisco Javier García Bejos, quien ha rechazado que esta cifra sea elevada y solamente se ha concretado a invitar a las ferias del empleo donde se ofertan únicamente mil 400 alternativas laborales.

Con esta primera revisión queda demostrado que los gobiernos mediáticos requieren enormes cantidades de dinero para maquillar la realidad, que ni con los 20 segundos de spots en horario Tripe A logra convencer de su verdad, regresándonos de golpe a la entidad más costosa, miserable e insegura que jamás será transmitida en televisión nacional.

Compromisos enterrados

Después de Eruviel

 

* Con una prensa a modo, escondiendo las incapacidades y las bribonadas de Peña, Angélica Rivera, Luis Videgaray Caso, Miguel Ángel Osorio Chong, Rosario Robles Berlanga, Emilio Lozoya Austin y las del defenestrado Jesús Murillo Karam, entre otros, Eruviel Ávila ha logrado sobrevivir sin sobresaltos, ocultando la basura propia, no otra sino la pobreza de los mexiquense, la corrupción gubernamental —el Estado de México es la segunda entidad más corrupta del país—, el crimen y la incapacidad.

 

Francisco Cruz Jiménez

Eruviel Ávila Villegas es un político de convicciones poco firmes; un gobernador enteramente gris, también macabro, y un hombre que aprendió a mentir con facilidad; es un camaleón cuyas inseguridades y vacilaciones más peligrosas casi lo traicionan a finales de 2010, aunque finalmente las ambiciones largas y desmedidas del gobernador Enrique Peña Nieto le cuadraron el futuro. Y el 15 de septiembre de 2011 juró como nuevo gobernador.

A punto de cumplir cinco años de gobierno y ya en marcha el proceso priista para buscarle sucesor, el Estado de México ha vivido prolongados episodios de terror. Destacan el fusilamiento de 22 jóvenes en la pequeña comunidad de San Pedro Limón en Tlatlaya, el asesinato impune de mujeres y las fundadas sospechas de corrupción que recaen sobre algunos de sus más cercanos colaboradores, como Apolinar Mena Vargas (el suertudo Polo Mena) y el caso del consorcio español Obrascon Huarte Lain, S.A., conocido a secas por sus siglas de OHL.

Escándalos le brotan por cada rincón. Y si no han pasado a mayores y han quedado en segundo plano debe darle las gracias a su antecesor Peña, cabeza de un gobierno federal desdibujado entre la frivolidad, la carencia de integridad, la incapacidad y la corrupción disfrazada de conflicto de intereses que sólo ha podido paliar por las multimillonarias sumas que cada año su administración destina a los grandes medios de comunicación.

Con una prensa a modo, escondiendo las incapacidades y las bribonadas de Peña, Angélica Rivera, Luis Videgaray Caso, Miguel Ángel Osorio Chong, Rosario Robles Berlanga, Emilio Lozoya Austin y las del defenestrado Jesús Murillo Karam, entre otros, Eruviel ha logrado sobrevivir sin sobresaltos, ocultando la basura propia, no otra sino la pobreza de los mexiquense, la corrupción gubernamental —el Estado de México es la segunda entidad más corrupta del país—, el crimen y la incapacidad.

A estas alturas, pues, sabemos que Peña es un presidente desprestigiado, poco confiable e incapaz que en 2011 impuso en la gubernatura a un político —Eruviel Ávila— a imagen y semejanza, pero que en los próximos meses deberán encontrar, si no lo tiene ya, al nuevo candidato priista a gobernador. Hábil como es, Eruviel entiende que sus indecisiones y sus caprichos pueden jugarle una mala pasada, así que lo más sano para su carrera será hacerse a un lado, nadar —como dicen en el pueblo— de muertito o hacerse… para un lado y dejar esa decisión en las manos de quienes le prestaron la administración del gobierno estatal.

En una país en el que la economía y las finanzas no funcionan, ni siquiera a través de su amistad con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray —quien coordinó su campaña a la gubernatura— podrá meter las manos por su consentido —quizá un poco más que eso— Erasto Martínez Rojas. Sólo él sabe hasta qué punto arriesgará su futuro por Indalecio Ríos Velázquez, alcalde de Ecatepec, César Nomar Gómez Monge, titular de la Secretaría de Salud, o por el de la ex alcaldesa Martha Hilda González Calderón.

Si de alguno de ellos saldrá el sucesor, la decisión última pasará necesariamente por las manos de Peña y su tío Arturo Montiel, empecinados en convertirse en el factor fundamental del proceso electoral mexiquense por venir; por eso en esa engañosa lista también se anotó de nueva cuenta Alfredo del Mazo Maza, quien mantiene una campaña soterrada y persistente, aunque del grupo de aspirantes priistas es el único que puede dar fe que su primo el señor presidente puede ser tan voluble como cualquiera y tomar decisiones según los intereses o el primer humor de la mañana.

Con esos humores, en 2010, Del Mazo Maza sufrió un descalabro de tamañas proporciones —lo obligaron a declinar por Eruviel, salirse por la puerta de atrás—, que sólo puede compararse con las decepciones, por decir lo menos, que su padre y su abuelo —Alfredo del Mazo González y Alfredo del Mazo Vélez— soportaron cuando hicieron su lucha por buscar, cada uno en su momento, la candidatura presidencial del PRI. El primero en 1988 y el segundo en 1946 y luego en 1958. Los llaman Los Malapata.

En el instante en el que los priistas mexiquenses han empezado a encender la hoguera de las vanidades y perfilan una vez más la democracia como un episodio de ficción o una figura inexistente en el terreno de los hechos, nadie da por muerto al veleidoso, explosivo y cuestionado Luis Enrique Miranda Nava, alter ego de Peña; ni muchos se atreven a lanzar abiertamente los primeros deseos sabiendo que Videgaray o Aurelio Nuño Mayer aceptarían, en consolación la gubernatura mexiquense, que maneja un nada desdeñable presupuesto anual cercano a 200 mil millones de pesos.

Si bien es cierto que, como reza el refrán, “calladitos se ven más bonitos”, en estas formas autoritarias que se han de repetir una y otra vez, la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, una priista de convicciones poco firmes o una legisladora enteramente gris y en su momento una alcaldesa quien por omisión, complicidad o incapacidad hizo de Metepec un refugio del cártel de la Familia Michoacana, mantiene encendida una veladora en los altares de Peña, Manlio Fabio Beltrones, el líder nacional priista, y el ex gobernador Arturo Montiel Rojas, quien la llevó a probar las mieles y los beneficios del poder. Ya se verá si del poder absoluto también.

Nombres hay para escoger. Los 200 mil millones anuales son un poderoso imán. A su alrededor bailan y suspiran Ernesto Némer Álvarez —del subgrupo libanés, y sobreviviente del defenestrado Emilio Chuayffet— y su esposa Carolina Monroy del Mazo, con las cartas credenciales que le dan ser la consentida del veterano e influyente Alfredo del Mazo González y ser la espía del peñismo en la dirigencia nacional priista.

Con el desprestigio bien ganado que se cargan Peña, Montiel y Videgaray, el Estado de México es una entidad que ha venido a menos. Pero eso no es un obstáculo para que intente hacer amarres el secretario general de Gobierno eruvielista, José Manzur Quiroga, quien por cierto tiene la misma cercanía con el montielismo que con Peña. Nada le es vedado en los entresijos del poder. Por eso en su equipo lo sienten un príncipe con derecho a sucesión.

A la socorrida “ley de las compensaciones” se arriman también el ex cadete Carlos Iriarte Mercado —éste sí, uno de los originales Golden Boy’s de Arturo Montiel—, actual dirigente del priismo mexiquense, y actor de primer orden en los acontecimientos desvergonzados y la campaña sucia que hizo de Peña primero un candidato a la gubernatura y luego un gobernador más del PRI.

Tampoco se resigna a jugar un papel secundario el ex procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida, un funcionario que suspira por la gubernatura desde 2005, sabiendo hoy que Adolfo López Mateos salió directo de la Secretaría del Trabajo a la candidatura presidencial. Durante algunos años, Navarrete ha disfrutado de los beneficios de haberse hecho a un lado en 2005 para apoyar la candidatura de Peña, el sobrino protegido de Montiel.

Los priistas mexiquenses han empezado a entrar en ebullición. Y los hechos hacen pensar que Montiel tendrá preferencia, pero nadie sabe ya por esas formas tan volubles con las que Peña y su grupo ejercen el poder. Hoy, a los priistas mexiquenses nada les está vedado. Buenos y malos han encontrado en las incapacidades y las veleidades de Peña el justificante para reposicionar a sus clanes, facciones o grupos y liderazgos e impulsar la carrera respectiva hasta donde se pueda llegar.

Después de Eruviel